Los ancianos que podránacceder a estos pisos serán los que están en situación de abandono o los que vivan solos y necesiten ayuda.

También podrán acogerse a la iniciativa aquellas personas de la tercera edad que tengan dificultades para subir escaleras y carezcan de ascensor en sus actuales domicilios.

El proyecto consiste en incluir apartamentos pequeños en una de las plantas de cada edificio de promoción pública que se construya.

Estos pisos tendrán una superficie de unos setenta metros cuadrados, con una habitaión, baño y comedor-cocina, y cada planta podrá albergar a cerca de doce personas, repartidas entre cuatro viviendas.

El Departamento de Bienestar Social de la Generalitat ha previsto que en cada planta resida un trabajador familiar, con el fin de que pueda atender las necesidades de los ancianos.

La propiedad de las viviendas será de la Generalitat y los inquilinos pagarán una pequeña cantidad como alquiler, que aún no ha sido fijada. Los criterios del pago serán variables según las condiciones conómicas y sociales de los ancianos.

Antoni Comas manifestó que "el funcionamiento de los apartamentos para personas de la tercera edad ha dado resultados positivos en otros países europeos".

"Una de las ventajas de este sistema de residencia para ancianos es la independencia que pueden mantener sus inquilinos, a la vez que cuentan con una persona que está al cuidado de ellos", concluyó el consejero de Bienestar Social.