Según informaron fuentes del grupo Iberia, la denegación del permiso "viola la normativa comunitaria sobre acceso al mercado y tiene un marcado carácter proteccionista".

En una carta dirigida a la Dirección General de Transportes de la Comisión Europea, el presidente de Viva Air, Guillermo Serrano, asegura que su compañía solcitó el pasado 25 de octubre al coordinador del aeropuerto parisino una solictictud para abrir dos vuelos diarios entre Madrid y París, petición que fue respondida favorablemente el mismo día.

Serrano explica en su misiva que los problemas surgieron en el trámite posterior ante la Dirección General de Aviación Civil del país vecino, cuando sus responsables fueron consultados sobre la petición de Viva Air y se prolongaron más de un mes en responder.

Finalmente, las autoridades aéreas francesas resondieron que el trámite para adjudicar la autorización duraría hasta el día 2 de febrero de 1993, e impedía a Viva Air cursar los vuelos que solicitaba antes de esa fecha.

El pasado 28 de diciembre, las autoridades francesas acabaron rechazando la solicitud, con el argumento de que Viva Air e Iberia pertenecen al mismo grupo y que al operar la matríz en el aeropuerto parisino de Orly, no era posible acceder a una petición que permitiría a una compañía explotar la misma línea desde dos aeropuertos difeentes.