Julio Lozano es el primer sacerdote con una minusvalía que le obliga a desplazarse en silla de ruedas. No obstante, según comentó a esta agencia el propio Lozano, "en EEUU ya fue ordenado un hombre en silla de ruedas".

Para Lozano, el hecho de ser minusválido, "aunque a a gente pueda llamarle la atención, porque no es corriente ver a un sacerdote en silla de ruedas", no es lo más importante. "Lo que importa es tener la suerte de haber estado durante toda la etapa formativa con unas personas que me han dado su apoyo", añadió Lozano.

El nuevo sacerdote considera que su etapa formativa ha sido totalmente normal, tanto en su relación con los demás como en los estudios. "Mi proceso, para llegar a alcanzar el sacerdocio, ha sido muy normal dentro de mis limitaciones", explcó Julio Lozano.

Agregó que nunca ha tenido grandes problemas ni familiares ni con la Iglesia para llegar a ser sacerdote, sino "al contrario, he tenido mucho apoyo, incluso más de lo que yo podía esperar, como en el caso de Antonio Dorado Soto (ex obispo de Cádiz-Melilla), que fue quien me acogió hace dos años y medio".

Fue precisamente el antiguo obispo de Cádiz-Melilla, actualmente de Málaga, quien le dio su primer destino, que fue la pastoral sanitaria en Cádiz, aunque "he estado también comodiácono en una parroquia cercana al Hospital Clínico de Puerto Real (Cádiz)".

"Mi función en la pastoral sanitaria es ayudar a los enfermos de un hospital, atenderles si quieren recibir algún sacramento y preocuparme por ellos, sobre todo con el problema de la soledad", añadió Lozano.

SACERDOTE MANCHEGO AFINCADO EN CADIZ

Julio Lozano es natural de Castellar de Santiago (Ciudad Real). "Debido a que mi padre era guardia civil, me he criado en varios sitios, aunque mi familia es andaluza y me sieno con raíces andaluzas", explicó.

Lozano es minusválido desde los 10 años, cuando sufrió un accidente al caerse de una bicicleta y tuvo una lesión medular. "Aunque camino con bastones, suelo ir en silla de ruedas", agregó.

El flamante sacerdote mira el futuro con optimismo, ya que, según dijo, a partir de ahora "tengo total disponibilidad para lo que me pida mi obispo, aunque no quiero poner condiciones ni a él ni a Dios". No obstante, parece que, de momento, va a continuar con sus tareas en la pstoral sanitaria y en una parroquia de Cádiz.