VILLABA FESTEJO EL TRIUNFO DE SU PAISANO INDURAIN CON LA VISTA PUESTA EN EL PROXIMO TOUR
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Como ya es tradición, el bar que acoge a la Peña Induráin de Villava, la localidad natal del ciclista navarro, se convirtió esta tarde en el lugar de cita de decenas de aficionados y vecinos del pueblo para, todos juntos y rodeados de fotógrafos y cámaras de televisión, celebrar el quinto Tour de "Miguelón".
Con las calles desiertas, la alegría, el champán, los grios y las campanas al vuelo estallaron a la par que el ciclista del Banesto cruzaba la meta de los Campos Elíseos. Mientras, sus seguidores más incondicionales no dejaban de repetir "Ya falta menos, ya falta menos, ya falta menos p'al sexto Tour", a ritmo sanferminero.
La cafetería Maica, sede de la peña, fue llenándose de gente, entre la que se contaban numerosos niños, desde los primeros kilómetros de la última etapa de la ronda gala. A las puertas del establecimiento, una gran pancarta amarilla con a frase "Peña Induráin. Vamos por el 5 y...!Aupa Miguel!" recibía a los visitantes, entre los que se encontraban algunos venidos de distintos puntos de España y varias familias francesas.
En el interior, los concentrados observaban la pantalla de televisión con una copa en la mano, rodeados de fotografías dedicadas por el ciclista navarro, algunas de ellas pertenecientes a sus primeros triunfos, y donde aparece un Induráin muy joven.
Cuando en el Maica muchos presentes se "pegaban" por salir en ls fotografías o en algún informativo de televisiones española, vasca o francesa, otros aficionados prefirieron, visto el panorama, acudir a bares cercanos menos concurridos.
Abanicos, viseras y gorras de Banesto daban al Maica un perfecto aspecto para la ocasión, mientras el calor reinante subía por momentos. Pero nunca tanto como cuando el ídolo de Villava cruzó, por fin, la última línea de meta y cuando, definitivamnete, se vestió con el "maillot" amarillo de ganador del Tour 1995.
Más de una btella de cava fue abierta y esparcida entre los presentes, los gritos arreciaron y, poco después, las campanas de las iglesias cercanas comenzaron a tañir.
A la par, 14 cohetes -uno por cada día de liderazgo- fueron lanzados al aire por un miembro de la Peña Induráin. En la cafetería, algunos aún tenían ánimos de cantar un modificado himno francés que, más o menos, decía: "Au les enfant de la patrie, Induráin ganará" para, seguidamente, reclamar un monumento en la plaza villavesa dedicada al más interacional de sus vecinos.
A la espera de la confirmación que tendrá que dar el propio Induráin, tanto su localidad natal como el propio Gobierno de Navarra están dispuestos a dedicarle mañana lunes un homenaje al ciclista.
(SERVIMEDIA)
23 Jul 1995
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