La operación se inició cuando la Policía de Melilla alertó a las fuerzas de seguridad del Estado en Málaga del posible envío a la Costa del Sol de un importante cargamento de hachís.

Alrededor de las dos de la madrugada, la patrullera del SVA detectó la presencia de una lancha, con dos motores de doscientos caballos de potencia cada uno, que navegaba con direción a la costa malagueña.

Una cautelosa persecución marítima de treinta minutos de duración y la movilización de tres vehículos como apoyo terrestre sirvió para que los funcionarios del fisco aguardaran al inicio de las operaciones de desembarco de los 41 fardos en los que iba la droga, que en el mercado negro podría haber alcanzado un valor superior a los 3.000 millones de pesetas.

Durante la operación dos contrabandistas huyeron a nado, siendo detenidas tres personas, dos marroquíes y una españla, Fátima A.M., con residencia en Melilla.