VÍCTIMAS DE ETA PIDEN UNA CONFESIÓN PÚBLICA A LOS QUE AYUDARON "PSICOLÓGICAMENTE" A QUE SE COMETAN ASESINATOS
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Víctimas de ETA consideran que los nacionalistas deben explicar su actitud de los últimos años respecto al terrorismo, lo que tendría que llevar a algunas personas a confesar de forma pública cómo han contribuido "psicológicamente" a que se cometiesen determinados asesinatos.
Estas consideraciones son realizadas por varias víctimas de la banda etarra en el libro "Olvidados", del que son autores el guionista Alfonso Galletero y el director de cine Iñaki Arteta, que han recogido los testimonios que le sirvieron a este último para realizar la película "Trece entre mil".
En este sentido, el libro "Olvidados", que será presentado este miércoles en Madrid, recoge un total de 20 testimonios de familiares o víctimas de ETA. Una buena parte de estos relatos son inéditos y no fueron incluidos finalmente en la película de Arteta.
En este sentido, algunos de estos testimonios, a los que ha tenido acceso Servimedia, hacen referencia al eventual final de la banda etarra y a qué actitud deberían entonces algunos nacionalistas y los partidos que los representan.
"ZARPAZO DEL MIEDO"
A este respecto, Ana Aizpiri, hermana de Sebastián Aizpiri, empresario hostelero asesinado el 25 de mayo de 1988 en Elgoibar (Guipúzcoa), dice no imaginarse "un País Vasco en el que quienes han contribuido materialmente y psicológicamente de forma impune" a que se cometan asesinatos, "den fe pública de ese episodio oscuro de sus vidas".
"El silencio que aún existe es muy grande, en muchos círculos es estremecedor", afirma Ana Aizpiri. "Creo que el zarpazo del miedo va a tardar muchos años en pasar", añade
Esta víctima también se refiere a que no ve voluntad en las instituciones "una voluntad clara, nítida por reconocer que el terrorismo ha estado alineado con una posiciones políticas claras, reconocibles, adjetivables, es decir, con el nacionalismo".
Según Ana Aizpiri, debe asumirse que esto ha sido "netamente negativo" para nuestra sociedad, por lo que para recuperar la legitimidad del ideario nacionalista debería haber una "operación de reconocimiento y repudio de la violencia que se ha ejercido sobre ciudadanos vascos, sobre la sociedad vasca en su conjunto".
Asimismo, Rafael Carriegas, hijo de Modesto Carriegas, director de banco asesinado el 13 de septiembre de 1979 en Baracaldo (Vizcaya), dice en el libro "Olvidados" que "ójala acabe ETA mañana", momento en el que deberían "ponderar la labor de las víctimas" todos aquellos "que han hecho posible el olvido, el desprecio, la mala vida, el cállate, el algo habrán hecho".
Según Carriegas, el nacionalismo ha seguido una línea de "no acordarse para nada de las víctimas" tras los asesinatos. "Lo que han hecho el PNV, EA y Batasuna es sencillamente imperdonable en términos humanos", añade.
(SERVIMEDIA)
24 Abr 2006
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