"La información tiene que actuar como herramienta de solidaridad para que podamos reaccionar frente a las injusticias. Pero ocurre que los medios forman parte del universo de los negocios y se tiende a trivializar y a convertir la información en espectáculo", comentó a Quince días, la revista social de Obra Social Caja Madrid.

El periodista recordó la importancia de no caer en un periodismo deshumanizado. "La capacidad de comunicarte por medio del corazón está poco menos que prohibida por las reglas del periodismo políticamente correcto. Y, sin embargo, creo que es la más útil para que la gente tome conciencia de muchas situaciones", explicó.

Romero, conocido por sus reportajes en programas televisivos como "Informe Semanal" o "En Portada" y por su colaboración en el programa radiofónico "Buenos días", de Julio César Iglesias (RNE), aseguró que para acceder a las mejores historias se tiene que trabajar con mucha humildad.

"Si eres capaz de sentarte en el suelo y hablar mirando a los ojos de la gente sin adoptar una posición de falsa superioridad, el diálogo fluye fácilmente. Pienso que al final todo el mundo cuenta las cosas con el mismo lenguaje, aunque a veces el idioma no sea el mismo", comentó.

PALABRAS QUE SE LLEVÓ EL VIENTO

Romero aseguró que se siente como en casa en los países menos occidentalizados. "Por ejemplo, en Camboya, Bolivia o el Congo porque la gente es más de verdad. En los países más enriquecidos, los únicos valores persistentes son los bursátiles, mientras que en los empobrecidos todavía queda una forma de ver y de entender la vida mucho más humana", aseguró.

El escritor acaba de publicar un nuevo libro, "Palabras que se llevó el viento" (Editorial Espejo de Tinta), una cuidadosa selección de las historias que ha ido contando durante estos años.

"El propósito del libro es que esas palabras que se dicen en la radio y que están destinadas a interesar, conmover, hacer pensar o despertar cierta complicidad, no desaparezcan, que no se las lleve el viento", concluyó.