Sobre las 9,30 de la mañana, unos operarios del gas que trabajaban frente al número 42 de la calle Axular vieron en mitad de la calzada un paquete sospechoso, del que salían varios cables.

Al comprobar que el artefacto se había desprendido de un vehículo que cirulaba por la calle, avisaron a la policía para que lo inspeccionase.

Mientras esperaban la llegada de los artificieros, los operarios cogieron el paquete y lo metieron en la zanja donde trabajaban, para evitar que estallase en la calzada, según informó el Gobierno Civil de la provincia.

Los agentes lograron desactivar sobre las 11,30 el artefacto sospechoso, que contenía un kilo de amosal y que, al parecer, se cayó de los bajos del vehículo cuando el policía pasó por encima de un bache.

El Gbierno Civil de la provincia imputa este nuevo atentado a la banda terrorista ETA. El artefacto se desprendió debido a un fallo en los imanes que sujetaban la bomba al vehículo.

En lo que va de año cuatro personas han fallecido en Vizcaya por la explosión de artefactos colocados en sus coches y quince resultaron heridas de distinta consideración. El pasado 21 de marzo un vendedor de patatas de Bilbao logró salvar su vida al desprenderse la bomba que había sido colocada en su furgoneta.