Vera anunció, durante el entierro de los dos agentes, que en los próximos días "daremos la identidad de uno de los autores" y que se repartirán fotografías del mismo con el fin de que los ciudadanos puedan colaborar para encontrarlo.

El secretario de Estado para la Seguridad, que acudió al acto fúnebre en representación del Ministerio del Interior, dijo que los responsables del atentado fueron "a la caza y captura del uniforme", ya que los etarras no tenían información previa de los movmientos que realizarían los dos agentes.

Los funerales por los policías José Antonio Garrido Martínez, de 28 años, y Francisco Javier Delgado González-Navarro, de 27, fueron oficiados este mediodía en el patio del Gobierno Civil de Barcelona por el arzobispo de la provincia, Ricard Maria Carles.

A la ceremonia, presenciada por decenas de familiares y conocidos de los fallecidos, asistieron, entre otras autoridades civiles y militares, el alcalde de Barcelona, Pasqual Maragall; el consejero de Gobrnación de la Generalitat, Josep Gomis; el presidente del Parlamento de Cataluña, Joaquim Xicoy; el delegado del Gobierno en Cataluña, Josep Martí Jusmet, y el gobernador civil de Barcelona, Ferrán Cardenal.

Los asistentes al acto lanzaron gritos a favor del Cuerpo Nacional de Policía una vez terminado el parlamento del arzobispo de Barcelona. Carles manifestó que los catalanes han rechazado siempre hechos como éste, porque "Cataluña ha sido partidaria de la convivencia".

Los féretros de los dos gentes fueron trasladados a Valencia, donde serán enterrados mañana. Uno de los fallecidos, José Antonio Garrido, era natural de esta ciudad y se había casado hacía 17 días, mientras que Francisco Javier Delgado, nacido en Huesca, estaba casado con una valenciana.

Los controles policiales situados en las entradas y salidas de Barcelona se mantuvieron durante la mañana de hoy, aunque las retenciones no fueron tan importantes como los de ayer. En la "Operación cerco", nombre del dispositivo policial, paticiparon 1.500 agentes.