Según esta patronal, esta evolución "continúa siendo muy negativa", si tenemos en cuenta que el pasado ejercicio fue uno de los peores ejercicios para este sector.

Prueba de ello, es que, respecto al mismo mes de 1992 el descenso fue de casi un 35 por ciento, alcanzando un 38 y 46 por ciento en los vehículos ligeros y los furgones, camiones y autobuses.

Precisamente, la organización que preside Carlos Espinosa de los Monteros, destaca "la preocupante situación"de los camiones respecto a febrero de 1993, que caen en un 5,11 por ciento.

Las matriculaciones de los vehículos ligeros descienden en un 10,13 por ciento, y solamente soporta estos malos resultados los 'todo terreno` que, al ser un coche destinado más a fines particulares que empresariales, apenas percibe la crisis por la que atraviesa el sector.

Así, estos vehículos aumentan en un 28 por ciento, 24 puntos más en comparación con los datos de 1992.