Las pérdidas, cuyo porcentaje negativo uperó el 17 por ciento, teniendo en cuenta el diferencial de inflación, se tradujeron en una reducción de ingresos de los comerciantes del 4 por ciento.

Según explicó el presidente de la Confederación de Comercio, Pere Llorens, los sectores más afectados por la crisis fueron el de la automoción y la confección textil, mientras que el de la alimentación fue el que mejor aguantó a pesar de sus resultados igualmente negativos.

Llorens calificó de "pésimo" el año 93 para el comercio catalán, aunque s mostró esperanzado en que mejorará a partir de este año. "Comenzamos a ver un principio de reactivación que nos anima a pensar que habrá acabado la crisis cuando finalice el 94", dijo.

Según sus datos, unos 2.300 comerciantes de los 115.000 que actualmente hay en Cataluña abandonaron su actividad profesional durante el año pasado, aunque la mayoría lo hicieron por razones de edad.

CRECIMIENTO

Por otra parte, la economía catalana experimentará un crecimiento modesto en 1994 que podría llegar al1 por ciento, según el último análisis de la Cámara de Comercio de Barcelona.

El presidente de esta entidad, Antoni Negre, aseguró que la ligera recuperación económica se había detectado durante los meses del pasado verano, pero no tuvo continuidad en los últimos meses del año. La actividad económica cayó en Cataluña un 1,8 por ciento en el 93 en comparación con el año anterior.

En opinión de Negre, la peor época ya ha pasado. "La mejora de la confianza de las empresas parece confirmar que la ecoomía catalana ha superado el punto más bajo del ciclo económico, pero el proceso de recuperación todavía es inseguro", concluyó.