Diecisiete de esos veinte súbditos españoles son religiosos pertenecientes a diferentes congregaciones de misioneros, que han expresado su deseo de continuar su labor homanitaria a pesar de que se han cerrado las fronteras de salida en la capital, Bujumbura. Los otros tres son civiles pertenecientes a organizaciones no gubernamentales.

Mientras cada día se producen nuvas matanzas entre las dos etnias predominantes en Burundi, hutus y tutsis, la práctica totalidad de los españoles que residían en ese país (43 hace una semana) han vuelto a España ante la posibilidad de que se produzca una masacre similar a la ocurrida en Ruanda el año pasado entre las mismas tribus.

Fuentes de la OID señalaron a Servimedia que, dado que no existe embajada española en Bujumbura, no ha sido necesario realizar ninguna operación de traslado diplomático. Los intereses españoles en la zon son gestionados desde la embajada de nuestro país en Dar-Es-Salaam, capital de Tanzania.