Los visitantes que acceden a la basílica en coche o a pie, desde la carretera que va a El Escorial, sólo tienen que pasar delante de un control de la Guardia Civil y comprar su entrada en las cabinas situadas junto a la entraa, que son atendidas por empleados del Patrimonio Nacional.

Los agentes del instituto armado sólo efectúan registros en los vehículos o a los visitantes si tienen algún tipo de sospecha, pero no por norma general, según indicaron las mismas fuentes.

Solo en el interior de la basílica existen alarmas de intrusión que funcionan fuera de los horarios habilitados para las visitas y que detectan si existe algún movimiento extraño.

Los responsables de Patrimonio Nacional aclararon que todo indica ue el autor o autores del atentado de ayer aprovecharon el horario de visitas o de misa (todos los días se celebra una liturgia en el templo a las 11 de la mañana) para dejar oculto el artefacto en la iglesia, ya que las alarmas de intrusión no se activaron durante la noche.

Fuentes del citado organismo explicaron a Servimedia que, debido a que se trata de un recinto completamente abierto y al que principalmente se accede con coche o en autocar, ya que desde la entrada hasta la explanada donde se encuntra la base de la cruz hay 6 kilómetros en pendiente, no se han instalado sistemas eléctronicos y escáneres, como ocurre en la mayoría de los museos u otros monumentos como El Escorial, que también dependen del Patrimonio Nacional.

Las mismas fuentes insistieron en que este tipo de sistemas tampoco están instalados en catedrales, iglesias y, en general, no se colocan en los templos.

No obstante, Patrimonio Nacional, a raíz del atentado de ayer, podría estudiar la posibilidad de incrementar los sstemas de seguridad, si así lo consideran oportuno los técnicos y los responsables del organismo.