El juez dictó una primera sentencia en la que condenaba a Gil Mataix a la compra de un par de botas nuevas pero,tras recurrrir el dictamen, se rebajó la multa a la mitad porque, según los perítos judicial, el calzado "podía ser reparado".

Los hechos ocurrieron en la noche del 5 de enero de 1995, cuando el encausado y su mujer salieron de compras de Reyes. En una céntrica calle valenciana, Gil Mataix discutió con un agente de la policia local, pasando por encima de una de las botas de éste sin mayores consecuencias que la de estropear el calzado del agente municipal que presentó una denuncia ante los juzgados. Pese a la rebaja de la multa, el condenado, con una minusvalía qe le obliga a ir con muletas, está dispuesto a presenta un nuevo recurso para evitar pagar la cantidad de 4.500 pesetas que le reclama el juez para la reparación de la bota dañada por las ruedas de su coche, según ha indicado el mismo al conocer la decisión del juzgado.