De Miguel señaló qe los cambios experimentados por la sociedad "están produciendo consecuencias preocupantes en cuanto al comportamiento de niños y adolescentes que usan la violencia, la agresividad, como arma para resolver sus conflictos o como medio de relacionarse con los demás".

En este sentido, la consejera recordó los datos hechos públicos por la Fiscalía del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, correspondientes a 2005, donde se destaca un incremento de la violencia doméstica, sobre todo de la ejercida por menores hacia sus padres.

De los datos del fiscal se desprende que el año pasado se incoaron 323 diligencias previas por maltratos de hijos a padres en la provincia de Valencia, frente a las 289 de 2004 y las 159 de 2003.

De Miguel indicó que los estudios realizados a escala nacional permiten afirmar que alrededor de un 15% de los menores padece algún tipo de trastorno de la conducta, que si bien puede no desencadenar episodios violentos, sí afecta directamente al entorno familiar y en muchas ocasiones requiere atención y tratamiento psiquiátrico.

Agregó que si bien existen trastornos de conducta como consecuencia de enfermedades mentales, el 90% de los casos no se referían a enfermedad mental de base y venían motivados por variantes como el consumo de drogas o la falta de hábitos educativos y sociales.