De Miguel ha destacado el incremento constante del número de bañistas con algún tipo de discapacidad que cada año disfrutan de este servicio, así como el significativo aumento de turistas llegados del resto de España y del extranjero que lo solicitan e incluso se decantan por esta comunidad como destino vacacional porque cuenta con este recurso.

En este sentido, estima que "alrededor de 30.000 personas con algún tipo de discapacidad hagan uso en los meses de julio y agosto de estos puntos de playa accesible que, además, ofrecen la posibilidad de practicar deporte y juegos adaptados como elementos lúdicos adicionales, lo que hace que la visita a la playa tenga un atractivo adicional para las personas con discapacidad y sus familiares".

"La silla y la muleta anfibias están permitiendo a muchas personas bañarse en el mar por primera vez en su vida, y les permiten experimentar emociones, que para otras personas son cotidianas, y que hasta ahora no habían tenido", subrayó De Miguel.