Esta nueva iniciativa recibe el nombre de "proyecto Micorural" y se va a realizar en colaboración con la Escuela Superior de Medio Rural y Enología de la Universidad Politécnica de Valencia y la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Barcelona y cuenta con un presupuesto superior a los 152.000 euros.

Este innovador proyecto se ha concebido con un doble fin. Por un lado impulsar cultivos de determinadas especies de hongos que podrían ser más productivos, como los de trufas, boletos o níscalos para que generen una mayor riqueza y aumenten las rentas, especialmente en las zonas de interior y en las más desfavorecidas de la Comunidad.

Además, con la puesta en marcha de este proyecto se pretende mantener cultivadas aquellas zonas que ahora garantizan suficientes discontinuidades entre masas forestales y por lo tanto son medidas de prevención de incendios forestales ya que se evitan las grandes extensiones de tierras que se acaban convirtiendo en autopistas para el fuego.

A través de este nuevo proyecto de investigación se pretende establecer métodos de cultivo de hongos asociados a plantas que cumplan una pluralidad de objetivos de interés social y público, es decir que permitan mejorar las condiciones de vida y la economía de las zonas menos ricas de la Comunidad.