A su juicio, la responsabilidad de la UE se hizo "evidente" en las investigaciones sobre la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), que mostraron que desde 1989 se conocía la relación entre el tratamiento insuficiente de las harinas de carne en el Reino Unido y la propagación de la enfermedad entre los bovinos.

Pese a ello, COAG denuncia que la UE no estableció medidas de control sobre la producción de harina de carne del Reno Unido, y que hasta agosto de 1996 no se sancionó a este país por la exportación.

Para esta organización agraria, de los datos de la comisión de investigación de la EBB se desprende que la UE "mantuvo falta de control de las exportaciones, falta de investigación científica, ausencia de actividad legislativa al respecto y nulo debate en el Consejo sobre la EBB".

COAG, que recuerda que la Comisión no prohibió hasta 1994 la utilización de harinas de carne para rumiantes y no decretó el embargo de as harinas de carne y hueso procedentes de Reino Unido hasta marzo de 1996, destaca que el informe de la comisión de investigación sobre la EBB del Parlamento Europeo señala que una actuación a tiempo hubiera evitado la propagación de la enfermedad por Europa.

Por todo ello, COAG reclamará judicialmente ante la Unión Europea por las pérdidas originadas al sector. Según esta organización, las consecuencias para los ganaderos derivadas de esta crisis "no han concluido", ya que la situación del consumo, os precios y el mayor coste derivado de las necesarias medidas sanitarias "continúan aumentando las pérdidas millonarias para los ganaderos".