"Aunque parece difícil que se transmita la enfermedad EEB a las especies animales, no bovinas y ovinas, empleadas en la alimentación humana, es necesario tener mucha cautela", señala el Subcomité de Seguridad Alimentaria del CMIEET en una opinión científica a la que ha tenido acceso Servimedia.

"En particular", añade, "los resultados de Hill y colaboradores (2000) y los de las investigaciones actualmente desarrollándose (Figueras, comunicaión personal) apuntan a que los tejidos de especies animales distintas a las bovinas y ovinas alimentadas o inoculadas con PrP (priones) pueden inducir encefalopatías espongiformes en especies susceptibles, distintas a las ovinas y caprinas".

En cuanto al pescado, sólo si éste hubiere sido alimentado con piensos elaborados con productos MER (materiales especificados de riesgo, como sesos, médula espinal, bazo u ojos) pueden suponer un cierto riesgo, según los expertos. Por lo tanto, si el pescado procde del medio marino (capturas) la posibilidad de que albergue el agente de la EEB "es prácticamente nula", indica el CMIEET.

El Comité Multidisciplinar ha enviado al Comité Especial sobre las Encefalopatías que coordina el ministro de la Presidencia, Juan José Lucas, esta opinión científica sobre "Análisis y necesidades de investigación de la EEB en relación con la transmisión al hombre a través de los alimentos", así como otras cinco opiniones y documentos científicos elaborados en el primer año de fncionamiento del CMIEET.

En uno de ellos, que ha despertado el interés de la Unión Europea, se recomienda que las aves carroñeras sean alimentadas con cadáveres de bovinos a los que se haya realizado la prueba del prión, con resultado negativo, y que se establezca una moratoria en el uso de ovinos como comida para estas aves hasta que se disponga de bases sólidas para descartar su afección por EEB.