Un equipo dirigido por David Strayer, profesor de Psicología de dicho centro, realizó un estudio en el que participaron 40 voluntarios, que utilizaron un simulador de conducción.

Los participantes realizaron una prueba mientras hablaban por teléfono móvil sin dispositivo manos libres, otra hablando con un móvil dotado de ese dispositivo y una tercera con una tasa de alcoholemia de 0,8 gramos por litro de sangre, el máximo admitido en la mayoría de los estados norteamericanos.

Los resultados de estas pruebas mostraron que los niveles de distracción, la reducción de los reflejos y la capacidad de reacción de los conductores era similar mientras hablaban por cualquier tipo de móvil que si conducían ebrios.

Estos resultados confirman los de un estudio anterior del profesor Strayer, que ya apuntaba que el grado de distracción en la conducción entre usuarios de móviles manos libres y ordinarios era similar, porque según este experto es la conversación, y no la manipulación del teléfono, lo que causa la distracción.

Asimismo, el investigador añade que el riesgo de accidente mientras se utiliza el teléfono móvil es estadísticamente mayor que cuando se conduce en estado de embriaguez, porque unos 100 millones de norteamericanos usan el móvil mientras conducen, siendo la cifra de los que se ponen al volante ebrios muy inferior.

El experto también advierte sobre "las nuevas formas de distracción en la conducción", y entre ellas destaca los dispositivos electrónicos que permiten enviar y recibir correos electrónicos y faxes, navegar por Internet y ver la televisión.