En concreto, Abad reclamó al Ejecutivo “que centre sus objetivos en la concienciación sobre la necesidad de conocer y prevenir los riesgos en el trabajo”, ya que “es imprescindible que se desarrollen acciones concretas diferenciadas por sectores que sufren con mayor intensidad los índices de siniestralidad laboral”.

Además, UPTA urgió a “abordar los cambios necesarios para que las mutuas de accidentes de trabajo doten sus gabinetes de asistencia sanitaria de especialistas en atención psicológica”.

Asimismo, Abad resaltó que “los datos de siniestralidad laboral del colectivo de trabajadores por cuenta propia son inaceptables” y esto “es una lacra que seguimos padeciendo en nuestro colectivo y pasamos, para la mayoría de las administraciones públicas, absolutamente desapercibidos”.

UPTA criticó también que “el Gobierno de Cantabria destina más fondos para la lucha contra la siniestralidad laboral del trabajo autónomo que el Gobierno de España”.

Por último, remarcó que el pasado año se “disparó” las dolencias relacionadas con patologías psicológicas derivadas de los riesgos psicosociales, trastornos derivados del “alto nivel de exigencia al que están siendo sometidos”, sobre todo, los profesionales que desarrollan trabajos o servicios para un cliente único o principal.

Según las estadísticas oficiales del Ministerio de Trabajo, en 2023 se registraron más de 34.600 accidentes laborales de autónomos, de los cuales 788 se catalogan como graves, 48 más que un año antes. En paralelo, se vieron incrementado los fallecimientos de autónomos por causas laborales que alcanzaron los 73, que supone un incremento de dos trabajadores más que un año antes.