Estas manifestaciones, e las que Alli no descartaba la posibilidad de encabezar una nueva formación política, fueron analizadas el pasado lunes por la dirección de UPN, que acordó reprobarlas y remitirlas al Comité de Disciplina del partido.

En la misma reunión, el actual vicepresidente del Gobierno foral y de UPN, Miguel Sanz, anunció que aceptaba la nominación como candidato a la Presidencia de la comunidad, por la que luchará contra el propio Alli.

Para el Partido Socialista de Navarra (PSN-PSOE), principal formaciónde la oposición, la situación interna de UPN "no la controlan ni los propios regionalistas", por lo que, según indicó un portavoz socialista a "Diario de Noticias", prefieren no entrar en valoraciones.

De todas formas, sí añadió que "habrá que ver el programa electoral de UPN, ya que si pretende atraer al centro-izquierda, mucho tendrá que variar".

Por su parte, Herri Batasuna destacó que Alli tendrá que demostrar si en realidad existen dos proyectos políticos en UPN o si "simplemente se trata dedos estilos de hacer política que coinciden en lo fundamental".

También Eusko Alkartasuna restó importancia a esta nueva crisis de UPN, asegurando que se trata de "un partido que nos tiene acostumbrado a las tensiones", a la vez que afirman que estas actitudes no hacen sino poner de relieve las pugnas por el poder. "En estos procesos, la ideología queda normalmente arrumbada, porque en UPN no prima la ideología", dijeron al citado diario representantes de EA.

Por su parte, un portavoz de IU subraó las "contradicciones y la verborrea" a las que Alli "nos tiene acostumbrados". Así, destacó que las menciones del presidente navarro al centro- izquierda no son más que un intento de tomar votos del PSOE, "pero no es coherente con la acción política de derechas que mantiene el Gobierno de UPN".