UNO DE LOS PROPIETARIOS DE "ALCALA 20" INSISTE EN QUE EL FUEGO FUE PROVOCADO, AUNQUE RECONOCE QUE FALLARON LAS MEDIDAS DE SEGURIDAD
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Pedro Rascón, uno de los propietarios de "Alcalá 20" que se encontraba supervisando el funcionamiento de la sala la noche del incendio en el que murieron 81 personas, reconoció hoy ante el tribunal de la Audiencia de Madrid que las medidas de seguridad fallaron, pero insistió en que el fuego fue provocado.
Rascón relató cómo vio iniciarse el incendio, al atisbar una llama en una de las cortinas laterales del escenario. El procesado, que se enfrenta a una petición del fisal de dos años de prisión por imprudencia temeraria, comentó su extrañeza porque el fuego se declaró a más de un metro del suelo, en el centro de la cortina.
"Por donde empezó el fuego, la cortina estaba ignifugada (cubierta de una pintura que protege contra las llamas), la prueba es que tenía numerosas marcas de pitillos que habían prendido, pero se habían apagado. Para mí que tuvieron que echar algún líquido".
Rascón intentó apagar las llamas con extintotes y la manguera de seguridad, que no fucionaron, por lo que optó por subir hasta la oficina del contable para avisar a los bomberos, no sin antes invitar a los clientes a abandonar el local.
Según su testimonio, en apenas 10 minutos un denso humo se extendió por toda la discoteca, por lo que apenas alcanzó la salida a tientas porque la luz se había pagado "y el humo me impedía abrir los ojos". A su juicio, la salida estaba bien señalizada y era fácil de encontrar.
Por ello, consideró que la magnitud de la tragedia se debió también en arte a la confusión que se creó en la sala, ya que muchos clientes esperaron a acabar sus consumiciones, otros intentaron recoger sus pertenencias del guardarropa y un tercer grupo, que ya había accedido a la calle, al no ver a sus familiares y amigos intentó entrar de nuevo en la sala para ayudarles, "por lo que se creó un tapón, que dificultó la salida".
El procesado aludió también a una explosión "que poca gente oyó", provocada por una de las lámparas que colgaban del techo y que se estrelló contrael suelo.
Para Rascón, el incendio fue intencionado, ya que "habíamos tenido amenazas, casi siempre por teléfono, y en la misma fiesta de inauguración también".
El propietario dijo sin embargo desconocer todos los aspectos administrativos del local, cuya responsabilidad correspondía exclusivamente a Juan Antonio Iglesias, principal accionista, que no asiste al juicio por encontrarse gravemente enfermo.
Por ello, aseguró desconocer si se produjeron inspecciones técnicas en el local durante lareforma, de la que se encargaron personalmente Iglesias y el decorador, Carlos Giganto, fallecido. "Yo no tenía ni llaves del local", indicó.
La vista continuará mañana con el interrogatorio de Emilio Urdiales, único de los propietarios que todavía no ha declarado ante el tribunal y que dirigió la campaña publicitaria para promocionar la inauguración de "Alcalá 20".
(SERVIMEDIA)
13 Oct 1993
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