UNO DE LOS GUARDIAS CVILES IMPLICADOS EN LOS SUCESOS DE REINOSA SE DESDICE EN SUS DECLARACIONES

SANTANDER
SERVIMEDIA

El guardia civil Oscar Porto de la Guardia, uno de los agentes procesados por los incidentes ocurridos en Reinosa (Cantabria) el 16 de abril de 1987, que provocaron la muerte del trabajador de Forja y Aceros (Foarsa) Gonzalo Ruiz, negó hoy que en las reuniones con los mandos de la Benemérita éstos les hubieran mandado lanzar gases lacrimógenos en el interior de los locales cerrados si era necesaro, tal y como declaró ante el juez que instruyó el sumario.

Asimismo, el agente negó que él afirmase ante el juez instructor que los botes de humo que se utilizaron en la capital campurriana tuviesen etiquetas en las que se hacía mención expresa a su peligrosidad si se utilizaban en el interior de locales cerrados.

En la jornada de hoy prestaron declaración cerca de 30 testigos, entre los que figuran la viuda de Gonzalo Ruiz y las tres personas que se refugiaron con él en el garaje de la localida cántabra de Reinosa.

El momento más tenso y emotivo de la sesión se vivió cuando comenzó el testimonio de María del Pilar Iglesias Martí, viuda de Gonzalo Ruiz, que respondió a cuantas preguntas le hacían los letrados visiblemente nerviosa, al tener que recordar los acontecimientos.

La esposa del fallecido relató que momentos antes de los hechos, su marido había estado en casa para recoger las llaves del garaje que posteriormente fue asaltado por los agentes de la Benemérita. "Desde la ventana d la casa vi cómo una pelota lanzada por la Guardia Civil rebotaba en la pared y golpeaba a Gonzalo y tiré por la ventana una toalla para que las personas que se acercaron a él para socorrerle le limpiaran la herida", indicó.

María del Pilar Iglesias agregó que después de que su marido y acompañantes se metiesen en el garaje, para atenderle de las heridas, ella observó desde la ventana cómo la Guardia Civil rodeaba el local y lanzaba botes de humo en su interior.

"Cuando bajé a la calle le tenían sposado", continuó María del Pilar, "y los agentes no me dejaron conversar con él. Sólo pude preguntarle cómo se encontraba, a lo que respondió que bien".

La joven viuda relató que del garaje donde se refugió su marido salía, cuando ella llegó al lugar, una gran humareda y que en el lugar sólo había guardias civiles.

Las otras tres personas que estuvieron con Gonzalo Ruiz en el local coincidieron en señalar que en ningún momento habían intervenido en las barricadas y que durante el tiempo que peranecieron en el interior del garaje oyeron frases amenazadoras por parte de los agentes que se encontraban en el exterior, que introdujeron entre cinco y ocho botes de humo en el garaje, según manifestaron.

"Nos gritaban: salid de ahí, que os vamos a matar", afirmó uno de los testigos que estuvo junto a Gonzalo Ruiz en el garaje, "para después de un rato gritarnos: salid de ahí, que os vais a morir y nos vais a comprometer".

Tras la declaración de los 30 testigos, el presidente de la sala dio porfinalizada la sesión de hoy y ha emplazado para mañana a los letrados para que lean sus calificaciones finales, tras lo cual dará por concluida la vista oral.

(SERVIMEDIA)
05 Feb 1992
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