Según publica hoy el diario "Avui", que cita fuentes de la familia del arrestado, Bassa ha accedido a que le sea extraída sangre para obtener toda la información genética y hereditaria de su persona y que ésta sea contrastada con algunas de las huellas genéticas analizadas en objetos manipulados por los secuestradores. Asimismo, esta pruebas permitirían determinar si algunos cabellos encontrados en el coche de la farmacéutica pertenecen a Bassa.

Los investigadores consideran esta prueba crucial para el esclarecimiento del caso, pero la ley impide que se practique si los detenidos no acceden voluntariamente a que se les extraiga sangre.

Tanto Bassa como Joan Casals, el otro encarcelado por el secuestro, se negaron en principio a someterse a la prueba alegando que la lentitud para conocer el resultado de los análisis les impedría pasar las navidades fuera de la prisión.

Sin embargo, Bassa decidió acceder a la prueba, según sus familiares, al verse todavía encarcelado y porque además está convencido de su inocencia.