Aproximadamente un 75 por ciento de los españoles declara abiertamente que el aire de la oficina se encuentra cargado y molesto y un 70 por ciento considera que su ritmo de trabajo se vería favorecido si mejoraran las condiciones medioambientales de su lugar de trabajo.

Estos datos confirman las apreciaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), organismo que estima que el 30 por ciento de los edificios modermos se encuentran afectados por los problemas relcionados con la calidad del aire interior.

Según Indoor Air Control Systems, la baja calidad del aire existente en los espacios cerrados incide en la salud de las personas y origina directamente unos elevados costes médicos y unas cuantiosas pérdidas por el descenso de la productividad y absentismo laboral.

Un informe publicado recientemente por "The American Journal of Medicine" señalaba que en Estados Unidos se producen anualmente 75 millones de visitas médicas por afecciones en las vías respirtorias de ocupantes de espacios cerrados.

En la mayoría de los casos, los problemas en la calidad del aire interior tienen su origen en una inadecuada ventilación, aunque en el 15 por ciento se deben a problemas relacionados con la contaminación interior y en el 10 por ciento a la contaminación exterior.