No obstante, el tabaquismo ha perdido terreno sensiblemente en los últimos diez años, ya que en 1987 había un 38,1% de fumadores habituales en España, frente al 33,1% registrado en 1997, último año para l que se dispone de información homologable con los demás países de la OCDE.

Japón, con un 34,3% de fumadores habituales, y Holanda, con un 34%, figuran por delante de España, aunque también ambos países han mejorado su situación notablemente en los últimos años.

Estados Unidos, patria de las principales firmas tabaqueras, ha conseguido a fuerza de campañas anti-tabaco situarse entre los países en los que este problema sanitario tiene menores dimensiones. Sólo un 19,3% de su población fuma habitulmente ahora, frente a un 33,5% que lo hacía en 1980. Aún más bajo es el nivel de tabaquismo que registran Suecia (19,3%) y Portugal (18,1%).

En niveles altos, pero también inferiores a los de España, figuran Suiza (33%), Dinamarca (30,5%), Reino Unido (27%), Irlanda (27%), Bélgica (26,5%), Nueva Zelanda (26%), Islandia (22,9%), Australia (22,8%) y Canadá (20,5%).

El resultado más espectacular en la lucha contra el tabaco es el de Dinamarca. En 1980 fumaban en ese país más la mitad de los adultos(concretamente el 50,5%), pero veinte años después, en 2000, ese porcentaje había caído al 30,5%.

En su análisis de estos datos, los expertos de la OCDE destacan que el tabaquismo ha caído en la mayoría de los países desarrollados, pero que un tercio o más de los adultos lo hacen en Japón, Holanda, España y Suiza.

Entre los países de la OCDE, el tabaco es el primer riesgo para la salud evitable y es una importante causa de muerte prematura al menos en dos tipos de dolencias: el cáncer y las enferedades circulatorias. Los expertos de la OCDE subrayan que los datos avalan la existencia de una correlación entre el cáncer y el consumo de tabaco en los veinte años anteriores.