UNO DE LOS ACCIONISTAS DE "ALCALA 20" ASEGURA QUE LA SALA REUNIA LAS CONDICIONES MINIMAS DE SEGURIDAD

MADRID
SERVIMEDIA

Uno de los cinco accionistas de "Alcalá 20", Doroteo Martín, que se enfrenta a una petición de 2 años de prisón por imprudencia, aseguró hoy ante el tribunal que la sala, en la que perecieron 81 personas en un incendio registrado en diciembre de 1983, reunía, "según los permisos", las condiciones mínimas de seguridad.

Martín, que ya prestó declaración en la sesión de ayer, respondió hoy a las preguntas de las acusaciones particulares y de los abogados defensores para sostener que el principal accionista, Juan Antonio Iglesias, le enseñó varios documentos del ministerio del Interior y del ayuntamiento concedindo las licencias pertinentes para la reforma y apertura del establecimiento.

El procesado negó que los propietarios decidieran utilizar materiales altamente inflamables sin ignifugar, compuestos de algodón y fibras artificiales, para reducir el costo de las obras de remodelación por las deudas acumuladas.

"Ahorros ninguno. Eran unas telas monísimas, tenía una decoración muy bonita", comentó Martín, que eludió, al igual que el día anterior, cualquier responsabilidad en la gestión o admnistración e la discoteca, que eran competencia de Iglesias, cuya causa ha sido archivada por estar gravemente enfermo.

Según el acusado, que se encontraba en la discoteca la noche del siniestro, "hubo un buen funcionamiento de la sala", y reiteró que las luces y extintores funcionaron correctamente y que las salidas de emergencia estaban bien señalizadas. "Fue un accidente", manifestó.

Doroteo Martín no rechazó la teoría de que el incendio fuera provocado, pero sí consideró "triviales" las amenazas que algnos de los propietarios dijeron haber recibido antes y después de la apertura del local.

"Fue un rumor. Es posible que de una forma coloquial o tomando una copa alguno dijera que le habían amenazado con quemar la sala, pero debió ser algo muy trivial, un cliente descontento en la puerta de la discoteca o algo así, porque si hubiera sido algo serio, una amenaza de bomba o algo así, no se hubiera abierto el local".

Al igual que en días anteriores, los letrados de ambas partes tuvieron que ser llamaos al orden por el tribunal ante la ironía y el tono insinuante de sus preguntas.

El abogado del procesado Emilio Urdiales llegó a plantear antes de comenzar el juicio que la sala de vistas carecía de extintores y otras medidas de seguridad contra incendios, por lo que consideró necesario trasladarse a otro recinto que cumpliera con las condiciones adecuadas.

La vista fue interrumpida al término de la comparecencia de Martín y continuará a partir del próximo miércoles con el interrogatorio de otrs procesados.

(SERVIMEDIA)
07 Oct 1993
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