Los convocantes solicitaron a los europarlamentarios que impidan por todos los medios a su alcance que el software sea, de forma alguna, materia patentable en Europa y que se opongan a la Directiva de Patentes, aprobada el pasado 8 de marzo por el Consejo de Ministros de la Unión Europea "de espaldas al Parlamento Europeo y en contra de la opinión de varios de los Estados Miembros y de sus Parlamentos Nacionales".

La convocatoria contó con el apoyo de asociaciones del ámbito universitario, el sindicato CCOO y grupos locales de usuarios de software libre, según los cuales la cifra de manifestantes llegó a superar las quinientas personas en la convocatoria de Madrid.

Grupos de estudiantes de 34 universidades públicas de diferentes regiones del territorio nacional se sumaron a esta iniciativa, según informó a Servimedia Alberto Barrionuevo, portavoz de la asociación Hispalinux, que se adhirió y apoyó la convocatoria.

El paro se acompañó de la lectura de un comunicado en el que los manifestantes solicitaron "a nuestros representantes electos, los señores y señoras europarlamentarios, que hagan respetar la autoridad que nosotros, el pueblo, les hemos otorgado, que rechacen el actual texto de borrador de Directiva, pues es el resultado de una posición común irregular del Consejo de la Unión Europea y que impidan por todos los medios a su alcance que el software sea, de forma alguna, materia patentable en Europa."