Julio Bazán, que se presentó como representante de los afectados, señaló en su declaración que los pacientes, muchos ya fallecidos, le dijeron: "Julio, aganta por nosotros, di lo que ha pasado, que esto no es un accidente, esto es una clara negligencia de un irresponsable o de una serie de señores irresponsables que pusieron al frente de una máquina a un señor incompetente, apoyado por sus jefes jerárquicos superiores".

Bazán tiene 44 años de edad, está casado y con tres hijos, y era director de una sucursal bancaria. Las irradiaciones a las que se vio sometido por el acelerador las recibió cuando se encontraba en tratamiento para la extirpación un tumr que le había salido en la espalda.

De las treinta irradiaciones a las que se sometió, cinco fueron con la máquina estropeada. Julio Bazán sabe que está condenado a muerte, que los médicos le dicen que su evolución es imprevisible.

Julio Bazán no se ha personado en la causa como acusación particular. Hoy mismo renunció a que el fiscal le represente y dijo que se reserva el derecho de ejercer las acciones legales pertinentes contra la multinacional General Electric.

Por otra parte el doctor icardo Escó, jefe de Radiología Radioterápica del Hospital Clínico de Zaragoza, reiteró que el sistema de comunicación entre los diversos sectores del hospital respecto a las averías ha funcionado bien siempre.