Según informó Unicef este jueves, más de 45.000 personas, incluidas 23.000 mujeres y niños, podrían necesitar asistencia humanitaria después de que la tormenta azotara las provincias de Nampula, Zambezia, Tete, Niassa, Sofala y Manica.

La tormenta causó inundaciones y daños en unas 10.500 casas y en infraestructuras públicas, incluidos puentes, líneas eléctricas, escuelas, sistemas de agua o instalaciones de salud.

Atendiendo a los datos del Instituto Nacional de Gestión y Reducción del Riesgo de Desastres de Mozambique (INGD, por sus siglas en inglés), hasta ayer 12 centros de salud y 346 aulas de 137 escuelas han sido dañados o destruidos, dejando a 27.383 estudiantes sin un espacio donde aprender antes del nuevo año escolar, cuyo arranque está programado para el próximo lunes.

Unicef alertó de que, puesto que Mozambique se encuentra en su temporada de lluvias, la situación “podría deteriorarse rápidamente si surgen nuevas tormentas tropicales o ciclones que traigan lluvias adicionales a unos ríos y presas que ya están llenos”.

En ese sentido, la representante de Unicef en Mozambique, María Luisa Fornara, confirmó que la organización trabaja con el Gobierno del país y sus aliados para “proporcionar asistencia vital a los niños y sus familias en las zonas afectadas”, y aprovechó para recordar que esta última tormenta es “un recordatorio contundente de que la crisis climática es en gran medida una realidad y que los niños son los más afectados por los eventos climáticos severos relacionados con el clima”.

Ante esta situación, los equipos de emergencia de Unicef comenzarán a distribuir suministros esenciales, como cubos, tabletas purificadoras de agua y jabón o alimentos terapéuticos listos para usar para niños con desnutrición.

También instalará espacios temporales de aprendizaje donde los niños cuyas escuelas hayan resultado dañadas o destruidas podrán aprender y jugar de manera segura.

Del mismo modo, comparte mensajes de protección y prevención a través de emisoras de radio provinciales y locales, las unidades móviles multimedia y ‘U-Report’, para mitigar el impacto de la tormenta.

Unicef calculó que se necesitarán alrededor de 3,5 millones de dólares (3,1 millones de euros) para responder a las necesidades inmediatas de las poblaciones afectadas por el temporal Ana en Mozambique.