Según un comunicado, esta es la primera vez, desde su creación en 1946, que se le pide apoyo a Unicef para responder a una emergencia en los EEUU.

La organización está trabajando activamente en este país para conseguir aportaciones con destino a los niños y niñas afectados por el huracán Katrina, testigos de la destrucción masiva, la muerte y el sufrimiento de sus seres queridos.

Unicef cuenta no sólo con suministros de emergencia, que pueden ser distribuidos en el momento en que sea necesario, sino también con expertos técnicos que realizan evaluaciones sobre el terreno y coordinan la logística en situaciones de emergencia.

La preocupación inmediata de Unicef es la supervivencia y protección de los niños y niñas afectados, asegurando que todos los niños y sus familias dispongan de alimentos, agua, medicinas, saneamiento y refugio.

Para Unicef, la vuelta de los niños y niñas a un ambiente de aprendizaje es una de las maneras más efectivas de ayudarles a sentirse seguros, soportar el trauma y comenzar su cura emocional.