Destacó en un comunicado que las familias siguen sin acceso a “servicios básicos”, mientras la “situación empeora cada día”. Asimismo, las condiciones climatológicas están empeorando las condiciones de vida de aquellos que fueron desplazados y que ahora se refugian en tiendas de campaña improvisadas, hechas de telas y lonas desgarradas, que no logran protegerlos del frío ni de la humedad. Tal y como afirmó Yousef, un niño de 11 años de Dair al Balah, en la Franja de Gaza, que destacó que “antes teníamos hogares cálidos, pero ahora vivimos en tiendas rasgadas y expuestas al frío y la lluvia. No tenemos mantas”.

Son familias que “no tienen combustible para calefacción”, “ropa de abrigo”, “colchones ni mantas suficientes”. En las zonas cercanas al mar, además, “están expuestas a inundaciones”, lo que “hace aún más difícil” su supervivencia. Ahmad, un niño de 13 años de Al-Mawasi en la Franja de Gaza, relató que “las olas del mar arrasaron nuestras tiendas, que han quedado enterradas. Las maderas que usábamos para estabilizarlas han desaparecido. El mar lo ha arrastrado todo”.

Para hacer frente a “estos desafíos”, Unicef está distribuyendo ropa de invierno para 150.000 bebés y niños, así como mantas y otros artículos de primera necesidad. También está suministrando bombas de drenaje con las que “mitigar el riesgo de inundaciones y desbordes de aguas residuales”, beneficiando a 250.000 personas. Además, Unicef apoyó “las tareas de mantenimiento de redes de alcantarillado y aguas pluviales” en Deir El Balah, Nuseirat y Khan Younis, beneficiando a 400.000 personas.