De esa cantidad, unos 30.000 millones de pesetas corresponden a la desviación que está produciendo la sequía sobre los ingresos de las compañías previstos en el expediente de tarifas. Dicho decreto del Ministerio de Industria contempla un año hidráulico medio que supone una retribución de 28.000 millones de pesetas, pero las empresas se quejan de que desde 1988 nunca se ha llegado a esta cantidad debido a la falta de lluvias.

Sobre este aspeto incidió hoy el presidente de Unesa, Martín González del Valle, quien reconoció que estas reclamaciones forman parte de un informe que está elaborando esta patronal a petición del presidente de la nueva Comisión del Sistema Eléctrico Nacional, Miguel Angel Fernández Ordóñez.

Según ha podido saber Servimedia, Unesa deja constancia de esta crítica con una serie histórica desde 1988, en la que se indica que las pérdidas acumuladas por el sector desde esa fecha a causa de la baja hidraulicidad, no reconcida en la tarifa eléctrica, son ya de unos 252.000 millones, a los que se pueden sumar 30.000 más en 1995 por el mismo motivo.

A esos 30.000 millones se sumarían otros defectos de la tarifa que las eléctricas estiman que tampoco se están retribuyendo de forma adecuada, como el diferencial de inflación previsto y el real o los costes de distribución de la electricidad, lo que aproximaría a 60.000 millones el importe total de la demanda de las empresas eléctricas al Ministerio de Industria.

Los cáculos realizados por las propias empresas, que serán remitidos en breve a la Comisión Eléctrica, sitúan el efecto sobre la tarifa eléctrica en un 1,25%, como consecuencia del ajuste en los costes de la energía hidráulica que no se están compensando, pero advierten en su informe que este incremento puede diluirse como consecuencia de la reducción gradual de las subvenciones al carbón nacional que ha impuesto la Comisión Europea.

Para Martín González del Valle, estas conversaciones con el Ministerio y l Comisión son cruciales para la salud financiera del sector, ya que difícilmente se podrá mantener el nivel de beneficios del primer trimestre del año, entre el 10 y el 14%, según las empresas, si no se corrigen estas desviaciones.

La petición que hacen las eléctricas es la de reformar el Marco Legal Estable (MLE) del sector y aplicar un modelo de tarifa que, en aspectos como la hidraulicidad, sea lo bastante flexible para establecer el precio de la energía sobre los distintos tipos de combustible quese emplean realmente, y no sobre estimaciones, ya que la falta de lluvia obliga a las compañías a atender la demanda con sistemas de producción más caros, generalmente el carbón, que luego no ven compensado en su totalidad.