Así lo reclamó en un comunicado emitido coincidiendo con la conmemoración, este miércoles, del Día Internacional de la Lucha contra el Uso Indebido y el Tráfico Ilícito de Drogas y en el que puso “en valor” el reciente cambio de enfoque adoptado por la Comisión de Estupefacientes (CND) de la ONU frente al abordaje del consumo de sustancias y las adicciones, que reconoce por primera vez el papel de la reducción de daños dentro de las respuestas públicas “efectivas”.

“Esto comprende programas como el intercambio de jeringuillas, las terapias de mantenimiento con sustancias antagonistas como la metadona o el tratamiento de sobredosis con naloxona”, abundó.

En este contexto, en su manifiesto para conmemorar esta jornada, recuerda que “solo mediante un enfoque basado en la evidencia científica podemos crear un futuro donde toda la ciudadanía tenga la oportunidad de vivir una vida plena y saludable”. “Es hora de poner fin a la guerra contra las drogas y comenzar a construir un sistema que priorice el bienestar, la justicia y la humanidad”, continúa.

PRINCIPALES DEMANDAS

Entre las principales demandas que recoge este documento, la red resaltó la de “ampliar y adecuar los servicios de consumo supervisado (SCS)” y, en este sentido, solicitó la “expansión de estos para incluir el uso de la vía inhalada y su adaptación al aumento del uso de estimulantes”, al tiempo que demandó que los SCS “sean un recurso esencial, al menos en las grandes ciudades, con cobertura 24 horas”.

Por otro lado, pidió la implementación de programas de reducción de daños (RDD) “específicos” para el uso de alcohol, “especialmente” en poblaciones sin hogar, y que se trabaje en la formación y recursos “adecuados” para “mejorar” los enfoques de género y transcultural con el fin de “no excluir a población migrante, mujeres y géneros disidentes de los servicios”.

Junto a ello, el manifiesto recoge la necesidad de “reconocer y promover” la participación de las personas usuarias de drogas en la comunidad, es decir, “integrarlas” en espacios comunitarios, “promoviendo su consideración como ciudadanas de pleno derecho” y reclama la “colectivización” de grupos de personas usuarias para que puedan “representar sus necesidades y propuestas en mesas y espacios de participación”.

Por último, aboga por poner en marcha programas “específicos” de reducción de daños (RDD) para mujeres y personas de género disidente; espacios “seguros” y entornos de protección para mujeres con el objetivo de garantizar y desarrollar su autonomía y bienestar, ofreciendo “atención específica” donde se aborden las necesidades de las mujeres desde una perspectiva de género y el reconocimiento de los equipos profesionales de los servicios de adicciones, incluyendo los de reducción de daños, así como la equiparación de sus condiciones laborales a las de otros sectores, como salud mental.

Coincidiendo con esta jornada, UNAD tiene en marcha la campaña #SéParteDeLaSolución, financiada por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, para “arrojar luz” sobre el concepto de reducción de daños, “desafiando los mitos actuales y resaltando la importancia de desarrollar estrategias que reducan los daños asociados al consumo de drogas”, como las infecciones de transmisión sexual (ITS) o las sobredosis.

“El fin es aumentar la conciencia sobre cómo estas prácticas contribuyen positivamente al bienestar y la salud de la sociedad, lejos de fomentar el consumo”, resolvió.