La testigo, que pudo observar a la niña y su "desconocido" acompañante a una distancia de unos seis metros, indicó que le llamó la atención la corpulencia de su físico, la cadencia al andar y los "granos" en el rostro del individuo.

Por su parte, la hermana del procesado Oliva Franco, declaró que días después de la desaparición de Ana María, José fue a visitarla "bastante bebido" y le contó que la Policía "lo estaba acosando y tenía agobiado".

El ahora detenido le pidió entonces, según su propia hermana, "mil pesetas para irse al pueblo durante unos días, mientras se normalizaba la situación". Oliva matizó que no le dió el dinero que le solicitó, al pensar que se lo podría gastar en bebidas alcohólicas.

El fiscal y la acusación particular han coincidido en solicitar dentro de las conclusiones provisionales, un total de 44 años de prisión y un posterior destierro para el procesado de 6 años, mientras que desde la defensa se ha pedido la libre absolución del ismo ante la "falta de pruebas contundentes para probar su culpabilidad", según ha reiterado en varias ocasiones el letrado onubense Manuel Villalba Macías.

José Franco de la Cruz declaró el pasado martes, cuando se inició el juicio, que su apresamiento se había debido a lo que definió como un montaje de la policía y el juez, e incluso aseguró, tras haberse contradicho en varias ocasiones, que "no conocía" a la víctima, amiga íntima de su sobrina Raquel, a la que fue a buscar cuando salió de su casa yya no fue vista con vida posteriormente.

Dentro de los testigos de la defensa, está previsto que el próximo lunes día 18 declare el medium onubense Emilio Martín, que asegura disponer de "pruebas contundentes" que demostrarán, según él, que José Franco "es completamente inocente". Por su parte, Adoración Cano, madre de la víctima declaró el miércoles que "siempre sospechó de la autoría del procesado".