La asamblea, que empezó a las nueve de la noche de ayer y se prolongó hasta esta madrugada, se desarrolló en un tono crispado y con fuertes acusaciones en una clara búsqueda de un chivo expiatorio que justificara la derrota electoral.

El cisma no es nuevo en el PSOE de Almendralejo, ya que desde hace un década varios hombres fuertes del PSOE han dimitido en favor de la postura de José García Bote, alcalde saliente.

El momento más problemático de la asamblea llegó cuando se puso en duda la moralidad de algunos miembros del partido, lo que calentó los ánimos de los partidarios de García Bote y los más críticos.

La acalorada discusión acabó con la agresión a uno de los concejales que dimitieron de sus cargos en octubre de 1992 y la rotura de varios cristales del local donde se desarrollaba la reunón.

Los críticos apuntaron que es necesaria la regeneración en la agrupación local de Almendralejo y pidieron a los actuales dirigentes que "no usen el coche oficial para cualquier cosa y tengan más respeto con aquellos que piensan y obran de una forma distinta".