La planta de inertización, situada en el Polígono Industrial "Nuevo puerto", tiene capacidad para tratar un máxima de 40.000 toneladas de residuos sólidos y 20.000 de líquidos, fundamentalmente de naturaleza inorgánica.

La AMA y los Fondos Europeos para el Desarrollo Rgional (Feder) han aportado los 600 millones de pesetas necesarios para construir la planta.

El principal problema que representan los residuos industriales es la disolución de los metales pesados y ácidos que contienen por efecto de la lluvia y otros factores, lo que ocasiona un importante riesgo de contaminación del suelo y las aguas.

Para evitar esa posibilidad, los productores de los desechos los almacenan en depósitos de seguridad o los encapsulan en materiales de alta resistencia a la degraación.

Sin embargo, esas opciones requieren una importante demanda de superficie y elevados costes para su transporte, por lo que el Centro de Energía Nuclear de Mol (Bélgica) desarrolló la tecnología "Soliroc", que es la que ahora ha aplicado la planta de Palos de la Frontera.

Esa tecnología provoca una serie de transformaciones químicas en el residuo tratado para eliminar o atenuar sus elementos de ecotoxicidad y protege el producto con elementos aglutinantes, como el cemento, que lo defienden ontra cualquier ataque físico, químico o atmosférico.

El producto resultante es un mortero, cuyo tiempo de solidificación dependerá de las proporciones de agua y cemento, que puede ser empleado en algunas obras públicas.

Los residuos tatados en la Planta de Inertización de Palos de la Frontera están siendo utilizados en el recubrimiento de las balsas de yesos de las Marismas del Tinto.