La inauguración oficial de esta planta, realizada ayer, fue boicoteada por nueve alcaldes de la comarca, que no acudieron al acto por no estar de acuerdo con la ubicación de esta industria, ya que a su juicio puede contaminar las aguas de los ríos Xubia, que urte de agua a Ferrol, y Mera, así como la ría de Ortigueira.

Una coordinadora compuesta por estos alcaldes ha presentado un contencioso administrativo ante el Tribunal Superior de Justicia de Galicia, que está pendiente de resolver. También se ha pronunciado contra la ubicación de la planta la Diputación coruñesa, así como las organizaciones ecologistas.

Según la coordinadora de alcaldes contrarios a la ubicación de la planta en Somozas, se escogió este lugar por la falta de oposición de esta coporación municipal y no porque fuera el más idóneo.

Manuel Fraga se ha mostrado orgulloso de la obra, que calificó como un proyecto ambicioso y responsable. A su juicio, "supone una respuesta real y responsable a las necesidades medioambientales derivadas de la sociedad en la que nos toca vivir".

Las instalaciones de Somozas constan de una planta físico-química para tratar residuos inorgánicos y lodos bombeables, una planta de estabilización para líquidos, fangos y sólidos y un depósito de seguriad. El presupuesto fue de 2.300 millones de pesetas y a partir del año próximo se explotarán comercialmente las instalaciones.

Según la Xunta, en Galicia se producen cada año 530.00 toneladas de residuos industriales catalogados como tóxicos y peligrosos, de los que actualmente 444.000 son tratados de forma controlada por las empresas que los generan. La planta pretende comenzar 'inertizando' las 85.000 toneladas anuales restantes.

El depósito de seguridad tiene capacidad para recoger 50.000 toneadas de residuos que, por sus características, no puedan ser tratados con procedimientos físico-químicos. Según la Xunta, las aguas vertidas son inocuas, tras pasar por dos depuradoras, una en el propio centro y otra dentro del polígono industrial de Somozas.