Estas reliquias llegaron a España en torno a los siglos XVI-XVII, tras el redescubrimiento de las catacumbas. Roma se encontró entonces con la aparición de gran cantidad de reliquias a las que no tenía capacidad de venerar.

Los Papas, entonces reyes de los Estados Pontificios, donaron los restos a los reyes católicos de Europa, lo que prograsó la llegda de mártires a Austria, Alemania, Francia y España.

Sin embargo, al no ser San Valentín un santo popular en nuestro país, después de la Guerra Civil las reliquias quedaron arriconadas en la sacristía de la parroquia de San Antón.

En el año 1987, los Escolapios, que regentan la parroquia, se dieron cuenta del tesoro que guardaban y al año siguiente devolvieron a la Iglesia los restos del santo para que recibieran la veneración de los fieles.

Existen varias versiones sobre la biografía de Sa Valentín, una de ellas afirma que fue consagrado obispo de Foligno a los 20 años. La orden de su decapitación se cumplió un 14 de febrero y la dictó el gobernador romano Plácido.

Por su parte, el martirologio romano dice que San Valentín fue un médico y sacerdote, insigne por el don de curaciones y su doctrina, que fue degollado por el emperador Claudio II en el año 268.