Una de cada dos personas sufren rubores inoportunos incluso en situaciones que la mayoría no consideraría embarazosa. En muchos casos, a esas personas tímidas se les diagnostica "fbia social".

Los rubores son básicamente un recalentamiento producido cuando una persona se siente ansiosa o en situación embarazosa. Los capilares cercanos a la superficie de la piel crecen y crean un mecanismo refrigerante que provoca que las personas se pongan coloradas y se sientan azoradas.

La operación consiste en realizar una incisión en la axila y cortar un nervio en el sistema nervioso simpático. Esto hace que el paciente deje de notar la ansiedad y evita ponerse rojo ante los demás.

Para muchas personas, el hecho de ruborizarse constantemente tiene implicaciones importantes en sus relaciones sociales. Hoy en día, prevalece la necesidad de mostrarse competentes ante la sociedad, cosa que difícilmente se consigue cuando se nos suben los colores sin razón.

Aunque aún se desconocen los efectos a largo plazo, la operación ha sido probada con éxito a un grupo de pacientes en Gran Bretaña y ha logrado una reducción de los síntomas.