Al principio se generó una gran alarma por la gran cantidad de humo y por la altura del edificio.

Hasta el lugar de los hechos se desplazaron cinco vehículos de bomberos con 30 operarios junto con una gran escala de 50 metros. Los operarios lograron controlar el fuego en 15 minutos y en otros 15 lo extinguieron definitivamente.

Las llamas arrasaron el piso pero no se extiendieron a otras viviendas colindantes. En la vivienda estaban una mujer de 30 años con su hijo de nueve.

Ella intentó sofocar el incendio por sí misma en un primer momento, motivo por el que se intoxicó gravemente. Un equipo de sanitarios del Samur la trasaladaron intubada al Hospital Clínico donde ingresó en estado muy grave. Su hijo corrió mejor suerte y fue llevado al mismo centro pero con buen pronóstico.

El Samur desplegó un hospital de campaña junto al edificio en previsión de problemas pero finalmente no tuvo que utilizarlo. Una mujer necesitó ser atendida por un ataque de ansiedad.

En el bloque donde ocurrieron los hechos habitaban más de cien vecinos, de los que tuvieron que ser desalojados durante más de una hora aquellos que vivían por debajo del piso diez.