Sor María del Carmen, de 48 años, dijo que las misioneras se marcharon del país africano "porque nos charon", y agregó que habían luchado por quedarse, pero los guerrilleros les advirtieron que si no se iban serían consideradas como enemigas.

La monja relató lo mal que lo pasó al marcharse de "entre esa pobre gente destrozada al ser asesinada" y aseguró no sentirse contenta de estar en España, "porque esta vez no vengo de vacaciones, sino que me han desarraigado".

Laráiz agradeció el cariño que ha recibido "del pueblo y del Gobierno español". "Lo que he vivido ha sido como una pesadilla", manifetó la religiosa, natural del municipio tinerfeño de Guía de Isora.

Explicó que uno de los momentos más duros fue cuando tuvo que decir a los niños y a las personas que estaban con ella, "a los que quería mucho, que huyeran, que se marcharan a la selva para poder salvar la vida, porque yo no los podía proteger".