Esta mujer dice que ha recorrido todos los hospitales públicos de Málaga y sólo ha recibido negativas por respuesta.

José Castillo Pacheco, de 34 años, y su hermano Oscar, de 22, han pedido a su madre que os interne para superar el síndrome de abstinencia y comenzar un proceso que desemboque en su desintoxicación.

Las 6 camas públicas para drogadictos existentes en Málaga están ocupadas por toxicómanos enfermos de SIDA, declarados muy graves o en fase terminal, según la Cruz Roja.

José y Oscar, que poseen estudios superiores, mendigan cada mañana para obtener las más de 8.000 pesetas diarias que necesitan cada uno.

Enriqueta Pacheco está dispuesta a organizar manifestaciones con otras madres on problemas similares. "No los consideran enfermos y siempre me dicen que, por desgracia, para los toxicómanos nunca hay cama", afirmó.

"Estoy dispuesta a llegar al Tribunal Superior de Justicia, al Supremo o al Constitucional", añadió Pacheco, "hasta lograr que mis hijos reciban la atención sanitaria que se merecen, porque para eso la pagamos".

La madre de los dos jóvenes drogadictos quiere llamar la atención de los organismos públicos para que la toxicomanía sea reconocida como una enfermedad ás, que precisa una atención médica hospitalaria, "como si de un cáncer se tratara".