En el auto dictado hoy la magistrada exige a Antonio Asunción el pago de una fianza de 20 millones de pesetas por su presunta implicación en los malos tratos que recibieron diversos presos de la cárcel de máxima seguridad Sevilla-2.

En este juicio están acusados también el director y los tres subdirectores de la prisión sevillana, además del ex-jefe de nspección penitenciaria, Gerardo Mínguez.

A todos ellos se les acusa de un presunto delito de rigor innecesario en el trato a 13 reclusos considerados como muy peligrosos.

La acusación particular, representada por la Asociación Pro-Derechos Humanos, les imputa también los delitos de prevaricación, desobediencia y denegación de auxilio.

Según el auto firmado hoy por la jueza, todos los inculpados se encuentran en libertad provisional, por lo están obligados a personarse cada 15 días en el juzado más próximo a su lugar de residencia.

Los hechos ocurrieron en el verano de 1991, cuando varios presos de la cárcel Sevilla-2 estuvieron hasta 8 días atados en las camas de sus celdas, según sus denuncias.

Los reclusos permanecieron casi dos meses sin poder salir al patio del centro penitenciario y estuvieron sin ducharse durante 15 días, según la Asociación Pro-Derechos Humanos.

Los presos soportaron cerca de dos meses sin salir de sus celdas cuyas ventanas carecían de cristales, ademásde no poder utilizar los utensilios de aseo.

Según estas denuncias, los reclusos fueron obligados a llevar un mono azul prescindiendo de su ropa habitual como el resto de los presos del centro.

La Fiscalía de la Audiencia Provincial de Sevilla fue la primera en denunciar los hechos aunque al final su iniciativa acusadora fue denegada por la sala de fiscales del Tribunal Supremo.

La vista oral de este sumario se celebrará antes del próximo verano en la sección primera de la Audiencia Provincil de Sevilla.