Las autoridades sevillnas han descartado por completo que los alborotos producidos tuvieran su origen en la rotura de una tubería de agua corriente o en la detonación de supuestos artefactos explosivos.

Sin embargo, al mediodía de hoy, la policía continúa investigando los hechos sin que se conozca con precisión qué es lo que ha ocurrido. Tampoco ha sido detenida ninguna persona en relación con los sucesos.

En cualquier caso, en función de lo manifestado por algunos testigos, todo hace suponer que el origen de los suceivos incidentes que tenían lugar hacia las seis de la mañana en distintos puntos de la ciudad se encuentra en una gamberrada.

La hipótesis más fiable que maneja la policía es que grupos de incontrolados se habrían puesto de acuerdo para alertar de un inexistente riesgo o accidente, provocando con ello que las numerosas personas concentradas al paso de las procesiones emprendieran la huída de forma precipitada, ocasionando con ello caídas de algunas de ellas.

Sólo tres personas, de las cincuenta qe necesitaron ser hospitalizadas, permanecen en un centro sanitario sevillano en estado de observación. La mayoría de los heridos requirieron atención médica por esguinces, fracturas de escasa consideración y contusiones varias.