Tomando como punto de partida el etiquetado comunitario, la encuesta del Eurobarómetro, realizada por la Dirección General de Salud Pública y Protección del Consumidor de la Comisión, fue realizada entre 15.900 consumidores de los 15 Estados miembros. Su objetivo era entender mejor la forma en que los consumidores perciben los distintos mecanismos comunitarios que garantizan el libre movimiento de mercancías y la seguridad de los productos.

Las conclusiones que se btuvieron fueron que el etiquetado comunitario fue identificado con facilidad por más del 60% de los encuestados y que tan sólo el 6% fue incapaz de reconocer el distintivo.

Aproximadamente el mismo porcentaje opinaba que un producto que lleva el distintivo comunitario ha sido sometido a controles específicos y también un número importante de personas preguntadas creía que son las autoridades comunitarias las que llevan a cabo esos controles.

Mientras un 46% de los encuestados dieron esta respuesa, un 30% piensa que los controles los realiza el propio fabricante, una asociación de consumidores o una autoridad independiente.

Los consumidores reconocen con más facilidad la etiqueta distintiva de la UE cuando ésta se emplaza en aparatos eléctricos, seguidos por los ordenadores y equipos de telecomunicaciones.

En cambio, el significado de la etiqueta se desconoce con frecuencia (un 80% de los encuestados) y aquellas personas que decían conocerlo se equivocaban con frecuencia. La mayor parte e las veces creían que el etiquetado indicaba que el producto había sido manufacturado dentro de la Unión Europea (un 34% de las respuestas).

El etiquetado de la UE no influye a la hora de comprar o no los productos. Sólo el 3% de los encuestados declararon que lo tienen siempre en cuenta, el 49% nunca, y el resto ocasionalmente.