Durante su intervención en el último pleno de la legislatura, la portavoz socialista señaló que en estos ocho años en el Ayuntamiento le han servido “para descubrir que en política los malos no son tan malos y los buenos… pues ya saben”.

Espinar valoró que, en estas últimas semanas, desde que se anunció su salida del Ayuntamiento, ha recibido el cariño de todos sus “adversarios, que no enemigos”, por lo que se lo agradeció “de corazón” porque, “aunque lo hayan dudado, tengo corazón”.

En su discurso, señaló que el Ayuntamiento es la administración más cercana al ciudadano, es la “primera línea de batalla ciudadana”. Por eso, pidió a todos los que se queden en el Consistorio madrileño que “trabajen por la política de las pequeñas cosas, que escuchen más a los demás y se escuchen menos a sí mismos”.

Por su parte, a los que no repiten les deseó “la mejor de las suertes” y a los que lleguen “la mayor de las fortunas”, en especial a la candidata del PSOE a la Alcaldía de la capital, Reyes Maroto.

“Me llevo muchas cosas, entre ellos grandes amigos, algunos enemigos, y enormes satisfacciones”, pero “también me llevo heridas, que cerrarán con el tiempo, y sinsabores. Así, “daría todo lo que he hecho por la mitad de lo que no he conseguido”, aseveró.

Espinar incidió en que Madrid significa mucho para España, pero recalcó que especialmente significa mucho para sus vecinos, “para millones de proyectos vitales que tienen nombre y apellido”. Por ello, “queda tanto por hacer, que no cabe el triunfalismo”.

Por ello, reclamó que “frente a los grandes titulares, las pequeñas cosas” y se mostró convencida de que esa es “la buena política”. Así, “frente a los miles de seguidores en redes sociales, la satisfacción de haber ayudado a una, dos, o cien personas con problemas reales”, concluyó.