La Sala de lo Contencioso-Administrativo del Alto Tribunal balear considera que la actividad de los repartidores de propaganda, conocidos como "ticketeros", en esta playa durante la temporada turística "es de tal intensidad que provoca una presión insoportable sobre los usuarios de la playa y vías públicas".

Asimismo, la sentencia estima que "los repartidores condicionan con sus invitaciones la libre elección de los viandantes" y resalta también lo problemas de suciedad e insalubridad que ocasionan los folletos repartidos.

Un portavoz del Ayuntamiento señaló que no son suficientes las papeleras para hacer frente al acoso publicitario, "ni aun por muchas que hubiera que instalar".

La sentencia no estima los argumentos de la empresa de la discoteca sancionada, Rui Palace S.A., basados en la libertad del mensaje publicitario que recoge la Ley General de Publicidad.

El letrado José Luis Alemany explicó que "la sentencia ha venido a confirar, según el principio constitucional de autonomía municipal, la tradicional facultad de los ayuntamientos de sancionar las infracciones a sus propias ordenanzas, facultad que había sido puesta en duda tras la publicación de la nueva Ley del Procedimiento Administrativo Común".

La figura del "ticketero" es corriente en las zonas turísticas de playa de todo el país. Son, generalmente, jóvenes contratados por las discotecas que sirven de reclamo a los turistas, a quienes regalan entradas con descuentosinvitaciones de su respectiva sala o discoteca.

A pesar de que el Ayuntamiento denunció el año pasado a estos 82 "ticketeros" de la discoteca Rui Palace, esta actividad continuó practicándose de forma masiva durante el resto del año.