El suceso ocurrió en enero de 1995 cuando Lorraine Leighton ingresó enel hospital después de sufrir un colapso por ingerir dos pastillas de éxtasis en una discoteca. Los médicos le aplicaron un tratamiento de fluidos que causó serios daños cerebrales.

El doctor Thomas Leigh, de la Unión de Defensa Médica, señaló que "cualquier persona que haya sido víctima de una negligencia médica debe ser indemnizada. No se puede realizar una distinción tomando como base qué es lo que han hecho para que se les ingrese en un hospital".